Brasil está frente a una gravísima crisis política que amenaza la estabilidad de todo el continente americano y caribeño ante un golpe en curso para separar de su cargo a la presidente Dilma Russeff, electa democráticamente en el 2014, con más de 54 millones de votos.
En el golpe promovido por una coalición de políticos de derecha derrotados en las últimas elecciones y ahora aliados con sectores del Poder Judicial, sectores industriales y grandes medios de comunicación; se vislumbra también el interés norteamericano como parte de una estrategia para que sus grandes corporaciones se apoderen de la riqueza brasileña (especialmente el petróleo existente en las capas presal).
Los regímenes democráticos de nuestro continente, duramente conquistados por la lucha y la movilización popular, no pueden ser subordinados a intereses autoritarios que surgen en las sombras y a un creciente fascismo social. No podemos permitir el retroceso político, social y económico que sólo atienden los intereses del gran capital.
Frente a este panorama, la Confederación de Trabajadores y Trabajadoras de Agua, Saneamiento y Ambiente de las Américas (CONTAGUAS), manifiesta su más vehemente repudio al golpe en curso en Brasil. Asimismo, convoca a la clase trabajadora a la lucha contra la ruptura democrática en nuestro país hermano.
Dilma Ruseff fue apartada de su cargo por decisión de la Cámara de Diputados y con motivo de investigaciones acerca de posibles irregularidades en su gestión. En esta instancia, prevalecieron votos de gran cantidad de diputados investigados en el caso de corrupción de la mayor compañía de petróleo del continente PETROBAS. Sumado a esto, algunos inclusive imputados en otros procesos penales. En la actualidad, su alejamiento definitivo está siendo estudiado por el Senado en donde varios senadores también se encuentran denunciados por casos de corrupción relacionados con la empresa petrolera.
La acusación incluye delitos relacionados con la gestión de recursos provenientes de Bancos públicos para el costeo de Programas Sociales, maniobra habitual realizada por los Presidentes y Gobernadores de Brasil en la gestión de este tipo de recursos. Realmente, no buscan encontrar pruebas de estos delitos ya que saben que éstos no existen.
El interés real de estas maniobras es apartar del poder al Partido de los Trabajadores, que en 13 años de gobierno implantó políticas sociales que sacaron de la pobreza extrema a más de 40 millones de brasileros y redujeron drásticamente el índice de mortalidad infantil.
Para el gran capital, lo más grave de este período es el descubrimiento de petróleo existente en las capas presal y la concesión de los privilegios de explotación a PETROBRAS y no a grandes corporaciones internacionales.
No es casual que los empresarios opositores a los avances y conquistas de los trabajadores en este período, jueguen fuerte en el proceso contra la Presidenta y busquen imponer una agenda conservadora que amenaza los derechos obtenidos por la clase obrera.
Mientras Russef es juzgada, el gobierno provisorio del Vicepresidente Michel Temer disolvió el Ministerio de Mujeres, el Ministerio de Igualdad Racial y de Derechos Humanos y recortó numerosas políticas sociales.
La agenda del golpe es grande y los retrocesos que están en camino en el mundo del trabajo son muchos. Entre otras acciones, se busca acelerar proyectos en el Congreso Nacional que permitirían tercerizaciones sin límites, precarización de las condiciones de trabajo, reducción de la edad laboral mínima de 16 a 14 años, permitir que cualquier negociación individual tenga más valor que las previsiones mínimas establecidas en la ley y el alejamiento de los sindicatos de las relaciones laborales.
Pero esto no es todo, el gobierno provisorio y golpista dejó en claro sus intereses de no apoyar los bloques BRICS y MERCOSUR e ir hacia la concreción de acuerdos globales de comercio que reduce la soberanía nacional, priorizando acuerdos bilaterales como el TISA. En esta misma línea fue puesto a consideración un proyecto para privatizar varias empresas públicas.
En suma, la desregulación del mercado de trabajo, el debilitamiento de los Sindicatos en la negociación colectiva, la eliminación de los derechos hasta ahora garantizados por las leyes del trabajo en situaciones que prevalecen lo negociado sobre lo legislado, la suba de la edad mínima para la jubilación, la reducción del salario medio, las privatizaciones salvajes que incluyen las grandes reservas del petróleo de las capas presal, la disminución de los gastos del gobierno federal en áreas de educación y salud; nos llevan a una apertura de la economía y al fin de las políticas de contenido global para compras gubernamentales.
Brasil vivió 21 años de una impiadosa dictadura militar que fue responsable de la muerte, secuestro y desaparición de decenas de hermanos brasileros. Desde 1985, vivimos una joven democracia y debemos alejarnos de prácticas golpistas en nuestro continente, como aquellas ocurridas en Honduras y Paraguay.
Es por eso que expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores y el pueblo hermano de Brasil en esta gran lucha por la democracia. Acompañamos a las organizaciones de trabajadores y creemos que su contribución ayudará a sacar a millones y millones de la pobreza. Esta misma solidaridad es la que esperamos ver reflejada en la comunidad latinoamericana para garantizar la democracia y el estado democrático conquistado en las últimas décadas.
Cra. Patricia Jesús Lima
Secretaría de Género, Generacional, Equidad e Igualdad de Oportunidades
CONTAGUAS