El discurso del Compañero José Luis Lingeri, Secretario General del SGBATOS y de la CONTAGUAS, en la apertura del seminario “Conciencia: Diálogo Interreligioso, Intercultural y Cambio Climático”, el primero de los seminarios Pre COP22 que organizados por el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Argentina, la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, la Fundación de los Trabajadores Sanitaristas para la Formación y el Desarrollo y la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro; se realizaron en el Palacio de Aguas Corrientes los días 1, 2, 5 y 6 de septiembre de 2016.
“Compañeras y Compañeros:
Ante nada, bienvenidos a este seminario que abordará la temática del Diálogo Interreligioso, Intercultural y Cambio Climático. Es un orgullo que estos temas se discutan aquí en el Palacio de las Aguas, un monumento emblemático a la vida, de una empresa líder en servicio público que actualmente sirve a 11 millones de personas.
Es de destacar también la iniciativa del Gobierno Nacional que lleva adelante una política nacional de agua y saneamiento destinada a cubrir las necesidades básicas de todos los argentinos.
Como Secretario General de SGBATOS mi orgullo es mayor porque soy protagonista y testigo del rol que tienen los trabajadores en la construcción del diálogo. Y tenemos mucho que poner sobre la mesa, sobre todo la preocupación que los trabajadores tenemos con respecto a la tendencia a los cambios culturales y la violencia bajo la excusa de la religión o la etnia donde surgen los conflictos internacionales más crueles e injustos.
Como dice el Papa Francisco, muchos responsables económicos y políticos parecen querer enmascarar los problemas y ocultar los síntomas de los impactos negativos del cambio climático. Se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas que cambien los modelos de producción y de consumo.
Por eso, como trabajadores creemos y abogamos por incluir el Cambio Climático en una agenda política que priorice lo humano.
Puedo hablar desde el recorrido de la que fue Obras Sanitarias de la Nación, una empresa creada por el estado nacional en 1912 que inicialmente cubría con servicios de agua potable e infraestructura cloacal a todo el país, pasando luego por una época de concesión privada, hasta la empresa de hoy: Agua y Saneamientos Argentinos, una empresa de servicios públicos para el pueblo argentino. Una empresa estatal, que puede dar cuenta de sus acciones y sus avances y que ha marcado el rumbo en materia de agua segura y saneamiento, en la calidad y prestación de servicios.
Nuestra conciencia, en el sentido de la capacidad moral de distinguir entre el bien y el mal, nuestra experiencia y nuestra convicción de que el todo es superior a las partes, nos lleva a advertir sobre las asimetrías y la desigualdad en el acceso al agua. Un derecho universal que hace a los derechos humanos.
En los encuentros, en los foros internacionales, desde nuestro lugar como trabajadores sostenemos que la privatización y la tercerización no pueden avanzar sin control del estado ignorando la necesidad de diálogo y las necesidades de los sectores más necesitados. Aceptamos por supuesto que la participación del capital privado es esencial así como el de las entidades crediticias tales como el Banco Mundial, el BID o la corporación Andina pero nuestra experiencia se basa en una visión social de la gestión de la Empresa. Creemos en el potencial de la Comunidad; apostamos a sus Organizaciones, por eso incorporamos a los usuarios a la empresa. Para nosotros, los usuarios no son meros clientes, consumidores de una mercancía. Para nosotros son los ciudadanos que ejercen un derecho fundamental para construir en función de los valores de la Justicia Social, son el Pueblo. Por eso los incorporamos y discutimos con ellos las políticas activas, adónde tenemos que mejorar.
Nuestros trabajadores, que también son parte de esa comunidad de referencia, tienen en sus manos la tarea de ejecutar las políticas que aseguran Derechos. Es muy importante para nosotros que esa tarea se produzca y reproduzca en buena manera y cada vez mejor. Creemos en la capacidad creadora de nuestros compañeros, en su capacidad para producir saberes. Sostenemos que los trabajadores son catalizadores y productores de conocimiento pues sabemos que el conocimiento se produce también desde los trabajadores en interacción con la tecnología y con su medio transformándose en un ciclo virtuoso. De hecho, nuestro Sindicato ha implementado una política de desarrollo, formación, producción y gestión de conocimiento que considera no sólo los requerimientos del trabajo de hoy sino también las tecnologías que se incorporarán y las características de los trabajos del futuro. Nuestra experiencia ha sido la del abordaje de la formación en conjunto con la empresa.
Entendemos que el compromiso es educar para el desarrollo sostenible, para la inclusión, para la equidad, para la calidad de vida, para el trabajo y para el reconocimiento y el cuidado del otro.
Se requiere una profunda transformación económica en la que el valor de la vida humana y la dignidad del hombre no se midan en función de intereses comerciales.
Debemos ser cautelosos en que el cuidado del ambiente no esté atado a las inversiones únicamente donde se producen réditos económicos, al cuidado de la vida únicamente en función de la rentabilidad ampliando las diferencias entre países tecnológicamente más avanzados y aquellos menos avanzados, entre los que más tienen y entre los que menos tienen. Eso no es solidaridad, por eso son importantes las palabras del Papa Francisco al pedir que todos los que ocupamos puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social nos transformemos en custodios de la creación.
Existe un intenso debate sobre el medio ambiente, acuerdos unánimes sobre la necesidad de trabajar por el bien común de la humanidad pero las armas, el narcotráfico y los medicamentos continúan siendo los negocios más importantes del mundo.
Datos de UNICEF indican que alrededor de 800.000 niños menores de 5 años perecen de diarrea cada año en el mundo principalmente en los países en desarrollo. Esto representa el 11% del total de 7.6 millones de muertes de niños de menos de 5 años e implica que cerca de 2.200 niños mueren por día como consecuencia de enfermedades relacionadas con la diarrea. Deberíamos realmente plantearnos invertir en ayudar a estos niños, a nuestras futuras generaciones en lugar de invertir en armamento.
La única forma de llevar adelante esto es a través de políticas de estado que sean sustentables en el tiempo. Más allá de los gobiernos que estén al frente de nuestros países. La defensa de la vida, del bien común, de la dignidad de cada persona no pueden ser temas atados a interpretaciones basadas en la conveniencia sino en la conciencia.
Las organizaciones sindicales, somos una plataforma de trabajadores que estamos involucradas en los procesos de políticas públicas. Esto no es una reflexión únicamente de Argentina, sino que existen documentos del parlamento europeo basados en casos de estudio que justamente dan cuenta que las organizaciones sindicales tienen un alto impacto en los sistemas de consumo, de producción y de desarrollo sostenible.
La misión histórica del movimiento sindical ha sido la de asegurar trabajo digno, derechos y justicia social pero no ha sido ni es la única.
Se postula que alguna franja importante de la población ha perdido la cultura del trabajo debido a largos períodos de desocupación, seguidos o acompañados de una dependencia del asistencialismo. Adultos que perdieron un trabajo y nunca lo recuperaron; sus hijos que crecieron en un clima sin compromisos laborales y no conocen otra referencia.
Se sostiene, por lógica, que allí está el núcleo duro del desempleo y la marginación y sólo podrá superarse si se recrea la cultura del trabajo.
Nuestro Sindicato ha asumido ese desafío, por ejemplo la Secretaría General de la CONTAGUAS, participando activamente de encuentros con trabajadores de distintos países y comunidades comprometidos con el desarrollo sostenible y, particularmente, desde nuestro lugar, con el acceso al agua. Conjuntamente representamos a millones de trabajadores que desde su postura o comunidad religiosa, cultural o étnica tenemos la convicción de la importancia de movilizarnos en defensa de la vida.
Nos urge cambiar ciertos criterios y costumbres que atentan contra nuestro futuro y amenazan la subsistencia de las generaciones venideras. No puede haber desacuerdo en ello.
Se debe crear conciencia del cuidado del ambiente, de su preservación, de lo prioritario que es el control de la contaminación ambiental, todo esto debe también constituir una política de Estado.
Es por eso que encuentros como estos seminarios que nos convocan, que son preparatorios de la Conferencia de Partes, que tienen carácter internacional y que nos permiten un diálogo enriquecedor y plural, son fundamentales para el debate, el aporte de ideas y para pautar acciones.
La calidad de los expositores académicos, sociales y religiosos que hoy están aquí ponen de manifiesto la importancia de la defensa del medio ambiente, que plantea también con fuerza y determinación nuestro Papa Francisco: el cuidado de la Casa Común desde todos los sectores, interreligioso e intercultural; con un enfoque plural sabiendo que todos somos responsables del cuidado del hombre y de nuestro futuro. Y nuestro Papa no instituye el diálogo interreligioso para encontrar coincidencias ecuménicas sino que propone, a las diferentes religiones, avanzar en la construcción conjunta de las soluciones a problemas comunes. Entender esto es asumir que el liderazgo del Papa no debe tener en nosotros la pasiva actitud del consumidor sino la apropiación y puesta en práctica de la visión de Francisco en nuestra experiencia cotidiana.
Debemos trabajar unidos para revertir esto. Para instalar definitivamente el tema del agua como hecho vital, que se entienda y se sostenga que el agua es vida. Que el agua es un derecho universal, que hace a los Derechos Humanos y a la Justicia Social.
Todo lo que se planteará en las mesas de reflexión es un desafío por la lucha por la vida.
Ojalá entendamos que, más allá de las diferencias políticas e ideológicas, tenemos que tener la capacidad y la inteligencia para convivir en paz y esto se hace a través del diálogo y del entendimiento.”