Informe del Secretario General de CONTAGUAS por el día del agua

22 de marzo Día Mundial del Agua.

(Defendiendo el Agua, defendemos la Vida)

El acceso al agua potable y el saneamiento como Derecho Humano Fundamental y nuestros sindicatos.

Las Naciones Unidas en su resolución 64/292 del 2010 reconocen el acceso al agua y el saneamiento como derecho humano fundamental, no una mercancía, ya que si lo tomamos exclusivamente como un bien económico comercializable priva a la población más vulnerable no solo del agua potable y el saneamiento, sino como consecuencia lesiona otros derechos humanos básicos como la salud y la vida, dejándolos expuestos a enfermedades de origen hídricos a falta de cobertura y acceso a estos servicios.

Este reconocimiento de las Naciones Unidas fue un paso adelante, logro coronado por las luchas sociales en el marco de los ODM 2000-2015 que quedo estampado en la resolución del 28 de julio de 2010 en la sesión plenaria 108, y exhorta a los Estados garanticen estos derechos. Nuestra tarea es entonces como organizaciones sociales, como sindicatos, exigirles a los Estados y gobiernos la formulación de Leyes y Políticas Públicas claras que garanticen el Derecho Humano al Agua y al saneamiento; que los gobiernos impulsen acciones concretas en este sentido, que respondan a las necesidades y carencias de los ciudadanos con disponibilidad de recursos públicos hacia su realización.

Vinculado a estas luchas, el camino de las privatizaciones ha demostrado, en la práctica, no ser una alternativa adecuada para garantizar la universalización del acceso al agua y al saneamiento. En América Latina y el Caribe, los efectos de la privatización en términos de disponibilidad del recurso, de calidad, de cobertura y tarifas, más que de acortar la brecha de los que no tienen posibilidades económicas de acceder a estos servicios, rebelan sus límites, endeblez y profundización de las inequidades.

Estas necesidades imprescindibles de contar con agua potable, saneamiento y la preservación de las fuentes de agua como bien común nos posiciona a los sindicatos del agua y el saneamiento como motores dinamizadores en la construcción de alternativas y de alianzas con otras organizaciones sociales amigas que luchan en defensa del agua como bien común, en procura del agua potable y saneamiento, contra el cambio climático, en defensa de la tierra y los bienes comunes, que nos permita colectivizar y buscar soluciones que aseguren el acceso a agua potable y saneamiento.

Disponibilidad y demanda de agua.

Un informe reciente de Naciones Unidas expresa que: 2.000 millones de personas viven en países que sufren altos niveles de estrés hídrico, es decir un uso elevado de los recursos hídricos disponibles, produciendo un impacto que compromete la sostenibilidad del recurso (extracción de agua dulce en proporción a los recursos de agua dulce disponibles expresado en porcentaje)

La agricultura (incluyendo el riego, la ganadería y la acuicultura) es, con mucho, el mayor consumidor y demandante de agua, representa el 69% de las extracciones anuales de agua a nivel mundial, lo sigue la industria (incluida la producción de energía) que representa el 19%, y el uso familiar que representa el 12% (AQUASTAT,n.d.).

Aproximadamente el 80% de las tierras cultivables de todo el mundo son de secano, y el 60% de los alimentos del mundo se producen en tierras de secano. Estudios en diferentes partes del mundo muestran que el riego suplementario de los terrenos agrícolas de secano duplica o incluso triplica el rendimiento por hectárea para cultivos de secano como el trigo, el sorgo y el maíz. De ahí que la agricultura sea el mayor consumidor y demandante de agua. Y por otra parte se percibe en general que el acceso a recurso hídrico está relacionado con la tenencia de la tierra, especialmente en zonas rurales.

Calidad de las fuentes de agua

Las cargas de nutrientes es una de las formas más frecuentes de contaminación del agua, y la mayoría de las emisiones de nutrientes provienen de la agricultura. Sin embargo, hay que considerar que en el mundo más del 80% de las aguas residuales que vuelven al medio ambiente, especialmente en las ciudades de rápido crecimiento con un número cada vez mayor de hogares que carece de sistema adecuado de tratamiento de aguas residuales son generadores también de fuentes importantes de emisión de nutrientes.

Cobertura de Servicios de abastecimiento de agua y saneamiento

La cobertura en el mundo de servicios de abastecimiento de agua potable y saneamiento administrados de forma segura varía considerablemente según las regiones, desde el 24% en el África Subsahariana hasta el 94% en Europa y América del Norte.

Los estudio de Análisis y Evaluación Global del Saneamiento y el Agua Potable (sigla en inglés GLASS) 2017 (OMS, 2017b) determinan que la insuficiencia de recursos económicos es una limitación importante para lograr mayores niveles de inversión que permitan aumentar el porcentaje de cobertura en la mayoría de los países. ese a que los presupuestos gubernamentales para el suministro de agua, saneamiento e higiene (sigla en inglés WASH) están aumentando a una tasa media anual del 4,9%; más del 80% de los países monitoreados afirman que no cuentan con financiamiento suficiente para alcanzar sus objetivos nacionales en cuanto a agua potable, saneamiento y calidad del agua en las áreas urbanas, mientras que esta proporción aumenta hasta el 90% en lo que se refiere a las áreas rurales.
 Un estudio llevado a cabo por Hutton y Varughese (2016) concluye que los niveles actuales de financiamiento destinados a los servicios de agua, saneamiento e higiene (sigla en inglés WASH) están por debajo de los costes de capital necesarios para cubrir los servicios básicos de agua, saneamiento e higiene (sigla en inglés WASH) para 2030.

 Además, los niveles de financiamiento son muy inferiores a las inversiones necesarias para cubrir con las demandas de servicios de agua, saneamiento e higiene (sigla en inglés WASH) seguros (metas 6.1 y 6.2 de los ODS). Para ese fin sería necesario triplicar los actuales niveles anuales de inversión hasta unos 114.000 millones de dólares. Las necesidades de recursos estimadas no incluyen los costes de explotación y mantenimiento, por tanto las necesidades reales de financiamiento son incluso mayores a las supuestas. Lo que implica que los Estados y los Gobiernos deberían aumentar drásticamente las cantidades de fondos públicos disponibles para la  expansión de los servicios de agua, saneamiento e higiene (sigla en inglés WASH).

Aumento demográfico y asentamientos

La población mundial alcanzó los 7.600 millones hab., más de la mitad, el 54%, vive en las ciudades.

En 2015, dos de cada cinco personas en las áreas rurales tenían acceso al suministro de agua entubada (una forma de suministro “mejorado”, pero no necesariamente un suministro “administrado de forma segura”), mientras que cuatro de cada cinco personas en las áreas urbanas tenían suministro entubado. Las conexiones al alcantarillado predominan en las áreas urbanas, donde las utiliza el 63% de la población, frente al 9% solamente en las áreas rurales (OMS/UNICEF, 2017a).

Sin embargo, la proporción de hogares urbanos con acceso a servicios de suministro de agua y saneamiento mejorados disminuye de forma sustancial al ajustarla según indicadores adicionales relacionados con el agua (cantidad, tiempo y costo) y el saneamiento (distancia, limpieza, lavado de manos y seguridad) (ONU-Habitat, 2006).

Aunque la proporción global de la población urbana que vivía en barrios marginales en el mundo disminuyó, pasando del 28% en el año 2000 al 23% en el 2014, en cambio en valor absoluto el número de residentes urbanos que vivían en barrios marginales aumentó, de 792 millones a un número estimado de 880 millones en el mismo período. En los Países subdesarrollados, casi dos tercios de los habitantes urbanos (el 62%) viven en barrios marginales.

El agua entubada es el método menos costoso para transportar agua. Sin embargo, con demasiada frecuencia no está al alcance de los pobres, lo que agrava la desigualdad, especialmente en los barrios marginales urbanos y en las áreas remotas y rurales.

Generalmente la gente que vive en asentamientos irregulares tiene que pagar un precio mayor por el agua potable, a menudo entre 10 o 20 veces el coste que sus vecinos obtienen teniendo mayores ingresos (PNUD, 2006). Los pobres acaban pagando caro lo que los de mayores ingresos obtienen a precio razonable de acuerdo a sus ingresos.

Agua y Salud

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS; 2017a), se necesitan aproximadamente 50 litros de agua potable por persona/día para garantizar que queden cubiertas las necesidades más básicas y mantener a la vez una mínima cobertura de riesgo para la salud.
Las enfermedades transmitidas por el agua siguen constituyendo una carga de morbilidad significativa entre los grupos vulnerables y desfavorecidos del mundo entero, especialmente entre las economías de bajos ingresos, en que el 4% de la población (estimado en unos 25,5 millones de personas, 1 de cada 25) padecieron diarrea en 2015, y entre ellas el 60% eran niños menores de cinco años (OMS, 2016b).

Inundaciones, sequías y cambio climático, agua potable y saneamiento.

En la mayoría de los casos, las áreas secas tenderán a ser más secas y las áreas húmedas a ser más húmedas, de modo que probablemente el cambio climático acentuará el estrés hídrico en las áreas que ya se ven más afectadas.
Alrededor del 90% de todos los desastres naturales están relacionados con el agua.
Durante el período 1995-2015, las inundaciones representaron el 43% de todos los desastres naturales documentados, y afectaron a 2.300 millones de personas, murieron 157.000 y causaron daños por valor de 662.000 millones de dólares (CRED/UNISDR, 2015).
Las sequías representaron el 5% de los desastres naturales, afectando a 1.100 millones de personas, murieron 22.000 y causando daños por valor de 100.000 millones de dólares durante el mismo período de 20 años (CRED/UNISDR, 2015).
Un promedio de 25,3 millones de personas son desplazadas cada año por desastres repentinos (IDMC, 2018). Si bien las cifras pueden variar mucho de un año a otro según la incidencia y magnitud de los desastres, el riesgo general de ser desplazados por desastres se ha duplicado desde la década de 1970, debido principalmente al crecimiento demográfico y a la mayor exposición y vulnerabilidad a los peligros naturales, una tendencia que es probable que continúe debido a los efectos adversos del cambio climático.
Estas cifras no incluyen a las personas que se trasladan debido a eventos y factores estresantes de evolución lenta (como sequía crónica, aumento del nivel del mar, desertificación o pérdida de ecosistemas, entre otros), ya que a menudo los factores que determinan dichos desplazamiento son complejos.
Existe una creciente evidencia de que el agotamiento de los recursos naturales, como el agua, debido a una combinación de uso excesivo, degradación ambiental y cambio climático, puede ser un importante factor determinante de las migraciones (FAO/GWP/Oregon State University, 2018).
Se prevé que el cambio climático aumente la frecuencia y la magnitud de los  fenómenos meteorológicos extremos.
Sin embargo, tanto en términos del número de personas afectadas como (especialmente) del número de muertes, los impactos de las inundaciones, las sequías y los conflictos son ampliamente superados por el número de afectados o muertos debido a servicios inadecuados de agua potable y saneamiento.

América Latina y el Caribe algunas cifras a tener en cuenta

En 2015, el 65% de la población de América Latina y el Caribe tenía acceso a servicios hídricos gestionados de forma segura, pero solo el 22% a servicios de saneamiento gestionados de forma segura. Ese mismo año, el 96% utilizaba como mínimo un servicio de agua básico, y el 86% como mínimo un servicio de saneamiento básico (OMS/UNICEF, 2017a).
En los países de la región, los niveles de cobertura o suministro de agua y servicios de saneamiento son significativamente más bajos en las zonas rurales que en las áreas urbanas. En cuanto al acceso como mínimo a un servicio básico la diferencia entre las zonas urbanas y rurales es del 13% para el suministro de agua y del 22% para los servicios de saneamiento (OMS/UNICEF, 2017a).
  Unos 2,1 millones de personas viven sin agua potable en sus hogares.
  Una de cada cuatro escuelas primarias en todo el mundo carece de abastecimiento de agua potable, y los alumnos consumen agua de fuentes no protegidas o pasan sed.
  Más de 700 niños menores de cinco años mueren todos los días de diarrea, a causa del agua insalubre o un saneamiento deficiente.
  El 80 por ciento de las personas del mundo que tienen que usar fuentes de agua no seguras o no protegidas vive en las zonas rurales.
  En ocho de cada diez hogares de los que carecen de agua, las mujeres y niñas son las encargadas de recoger el agua.
  Más de 800 mujeres mueren todos los días debido a complicaciones en el
 embarazo o en el parto.
  68,5 millones de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares tienen problemas para acceder al abastecimiento de agua potable.
  Aproximadamente 159 millones de personas recogen el agua potable de fuentes de agua superficial, como los estanques y arroyos.
  Unos 4000 millones de personas —casi dos tercios de la población mundial— padecen escasez grave de agua durante al menos un mes al año.
  700 millones de personas en el mundo podrían verse forzadas a desplazarse debido a la escasez de agua de aquí a 2030.
  Los más ricos suelen recibir servicios de agua, saneamiento e higiene de calidad a un coste bajo o muy bajo, mientras que los más pobres pagan un precio mucho más alto por un servicio de igual o menor calidad.

Los ODS 6

El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño.
La escasez de recursos hídricos, la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado influyen negativamente en la seguridad alimentaria , las opciones de medios de subsistencia y las oportunidades de educación para las familias pobres en todo el mundo. La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición. Para 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.

Datos y cifras:

  1.700 millones de personas han conseguido el acceso al agua potable libre de impurezas desde 1990. Pero, todavía 884 millones de personas en todo el mundo todavía no tienen acceso a él.
  2.600 millones de personas carecen de acceso a servicios de saneamiento básicos, como retretes o letrinas.
  Cada día, un promedio de 5.000 niños mueren a causa de enfermedades evitables causadas por el agua y el saneamiento.
  La energía hidráulica es la fuente de energía renovable más importante y de más amplio uso y representa el 19% de la producción total de electricidad en todo el mundo.
  Aproximadamente 70% de toda el agua disponible se utiliza para el regadío.
  Las inundaciones representan 15% del total de muertos causados por los desastres naturales.

Metas del objetivo 6:

  Para 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos
  Para 2030, lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables
  Para 2030, mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación del vertimiento y la reducción al mínimo de la descarga de materiales y productos químicos peligrosos, la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar y un aumento sustancial del reciclado y la reutilización en condiciones de seguridad a nivel mundial
  Para 2030, aumentar sustancialmente la utilización eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir sustancialmente el número de personas que sufren de escasez de agua
  Para 2030, poner en práctica la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda
  Para 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos
  Para 2030, ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, incluidos el acopio y almacenamiento de agua, la desalinización, el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, el tratamiento de aguas residuales y las tecnologías de reciclaje y reutilización
  Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.